Reseña: |
¡Qué irritantes son esos anuncios en los cuales
se promete una belleza esplendorosa si se acude a determinada
clínica! Ya solamente les falta asegurar la felicidad
o la inmortalidad gracias a sus técnicas avaladas por
médicos expertos. La credulidad de algunas
personas les lleva a endeudarse durante varios años,
con tal de conseguir esa figura casi perfecta que muestra
la modelo del anuncio. Una modelo a quien, por cierto, los
maquilladores le han tapado y alisado cualquier imperfección
corporal, mien-tras que las técnicas de tratamiento
digital de imágenes han con-seguido quitar un poco
de aquí y aumentar un poco de allá. Si han logrado
que Spiderman volase por los aires utilizando una tela de
araña ¿qué no habrán conseguido
hacer en un corto anuncio de apenas 20 segundos?
Pero si la perfección física que prometen ya
está cercana al Olimpo de los dioses, miren la sonrisa
de esa modelo, sus ojos destellantes y esos guapos mozos que
se la comen con los ojos. Todo gracias a que ha pasado por
esa clínica de belleza que ya cotiza en Bolsa. Póngase
guapa hoy y pague mañana. Así de fácil.
Por eso, cuando una mujer mira a una de estas modelos inmediatamente
dice: Quiero ser como ella, pues está segura
que detrás de esa cirugía estética está
también la felicidad. ¿Qué van a perder?
Pues dinero, seguro. ¿Tiempo? Obviamente. ¿Salud?
Muy probablemente. ¿Qué ha pasado con esa creencia
filosófica de que la belleza está en el interior?
¿Alguien duda que una persona feliz, que lleve una
vida saludable, no posee también un bello rostro?
Esta es la finalidad de este libro: conseguir que seamos un
poco más hermos@s cada día utilizando los remedios
que la naturaleza nos pone a nuestro alcance, la mayoría
de ellos tan baratos como el agua, el número uno de
los cosméticos.
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